En esta área se realiza la conservación preventiva entendida  como la intervención continua e integral que afecta a todos los bienes culturales en conjunto. Abarcando las condiciones ambientales (temperatura, humedad relativa y contaminación), intensidad y calidad lumínica, control orgánico de plagas, como las de exposición, almacenaje, mantenimiento (limpieza, revisiones periódicas) o manipulación de las piezas.

También en el caso de bienes que se reciben en donación es  necesario realizar tareas de limpieza, consolidación y restauración.

Esta actividad continua y sostenida nos permite preservar y poner en valor los bienes culturales que nos fueron legados para las generaciones presentes y futuras asumiendo uno de los objetivos fundamentales de los museos “conservar, para poder desde allí investigar y dar a conocer”.