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Vástago del Pino de San Lorenzo
Vástago del Pino de San Lorenzo.
Donado por la Municipalidad de Las Flores, por intervención del Señor Joaquín Mantero, el 15 de octubre de 1990.
Artículo periodístico
EL ARGENTINO – Viernes 12 de Octubre de 1990.
“Un vástago del pino de San Lorenzo se plantará en Saladillo”
El 15 de octubre, a las 11 horas, será plantado un vástago del pino de San Lorenzo en Saladillo. Se ha elegido el pasaje Bomberos Voluntarios para alojarlo, ya que los restantes espacios verdes están colmados de vegetación y es imprescindible dar a ese ejemplar un destacado sitio en que se lo valorice por su condición de testimonio vivo de un hecho histórico trascendental para los argentinos.
El vástago ha sido conseguido merced al celo especial de Don Joaquín Mantero, vecino de Saladillo, cuya vocación por conocer cuánto tiene importancia en nuestro pasado lo mueve a investigar siempre.
Habiendo visitado en uno de sus viajes el solar histórico en que se mantiene vivo el pino merced a la capacidad de un técnico japonés llamado para preservarlo, según nos cuenta, vivió la emoción de conocer el sitio donde el General José de San Martín escribió el parte de la gloriosa batalla librada el 3 de febrero de 1813.
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Hoy después de 11 años de esa visita (nos dice Don Joaquín) ha logrado un vástago de este pino, proviene de un hijo de éste, traído de la ciudad de Las Flores por el Presbítero Ruiz Santana, el cual fue plantado en la plaza principal de esa ciudad. Logré el vástago canjeándolo por una revista histórica en la cual se había publicado una colaboración de Santana acerca de los restos mortales del General Juan Lavalle. Hoy, gracias a la gentileza del botánico florense Carlos Murissi, a la benevolencia de la Casa de la Cultura y a las autoridades de Las Flores, logré mi objetivo. También Don Joaquín nos informa sobre el asentamiento de San Lorenzo:
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Fue fundado por los franciscanos y los guaraníes en 1615 la confluencia del Carcarañá (prolongación del Río V) con el río Paraná. Su nombre se debe a Don Lorenzo Suarez de Figueroa, legendario capitán de Jerónimo Luis de Cabrera de Córdoba, a quien se le encomendera buscar agua, que él encontró en el río Paraná. Quizás San Lorenzo haya sido el último asentamiento blanco al que llegaba el famoso correo guaraní que unía los Atlánticos desde Santa Catarina, el Gusira, Cataratas del Iguazú, San Ignacio, Asunción, San Javier, Yapeyú y otros puntos más dentro de las misiones (refiriéndose a las misiones jesuíticas).
Hace algunos años Don Joaquín Mantero entregó a las autoridades del entonces incipiente Museo de Saladillo tierra procedente de San Lorenzo.
Hoy, su regalo se amplía con este vástago que pronto pasará a ser orgullo de la comunidad.